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EPISTEMOLOGÍA Y TRABAJO SOCIAL

De próxima aparación en PULSACIÓN 10

EPISTEMOLOGÍA Y TRABAJO SOCIAL

Una pregunta que seguramente admite más de una respuesta es por qué surge el trabajo social en los inicios del siglo XX, por qué adquiere rango de disciplina o técnica científica jerarquizada por el diploma universitario cuando su campo de intervención abarca la compleja variedad de necesidades humanas que acompañaron al hombre desde sus primeros esbozos gregarios. Qué nos diferencia hoy de aquellos voluntariosos de ayer que empujados por la filantropía, la caridad o la solicitud amistosa ayudaban a sus semejantes lastimados, limitados física o económicamente, caídos en desgracia. Más aun, qué diferencia aquélla manera  de ayudar de las actuales técnicas de intervención profesional.

Es fácil imaginar el coro de respuestas basadas en diversas teorías, corrientes de pensamiento y paradigmas que analizan y diferencian aquéllos procedimientos de los actuales.

Si de ciencia se trata, la fundamentación epistemológica se impone. Y no parece aventurado afirmar que representa una de las aristas sensibles de la formación y el hacer profesional en el aquí y ahora. Las teorías que sustentan  la existencia e intervención profesional del Trabajo Social tienen aspectos filosóficos, históricos e ideológicos que le dan razón de ser, debemos conocerlas y poder diferenciarlas, contrastarlas y revisarlas críticamente. La realidad fue y es compleja, la tan mentada globalización no la simplifica, menos aun si tenemos en cuenta su carácter predominantemente económico y las consecuencias sociales que de esto derivan.

El Trabajo Social nace pragmático, activo, comprometido, predominantemente, con la acción. Esto debemos destacarlo, valorarlo y conservarlo, pero no podemos quedarnos sólo en esto, es necesario desarrollar las actividades de reflexión e investigación en todos los campos de intervención, aún en aquellas situaciones modestas que, aparentemente, son casi irrelevantes. Procediendo de este modo obtendremos bases más  rigurosas para la especificidad profesional  y cimentaremos la identidad profesional. 

La pregunta epistemológica sobre qué es el Trabajo Social no debe hacerse sólo a la profesión, sino también al profesional. Frecuentemente las limitaciones no son del modo de pensar y hacer del Trabajo Social sino del Trabajador Social.

Entonces debemos asumir la responsabilidad que nos cabe en la formación de los futuros profesionales, si consideramos al Trabajo Social como disciplina científica no hay manera de ignorar a la epistemología. Formar pensadores críticos e investigadores rigurosos exige la validación del conocimiento, que no es privativo de la formación en los claustros universitarios, sino exigencia de la intervención profesional en cualquier campo científico, además de la sistematización, revisión teórica, producción y publicación de las experiencias y evaluación de su impacto en la sociedad. 

Finalmente, aunque los hechos mencionados al comienzo parezcan semejantes, las demandas y condiciones para satisfacerlas han cambiado, las necesidades no son fruto sólo de las limitaciones del hombre, condiciones climáticas, geográficas, etc., también son creación de las variadas pautas culturales que aprendimos y se nos impone. La organización social y económica produce desequilibrios y asimetrías. Nuestra profesión es uno de los recursos con que contamos para resolver esa compleja trama vincular de problemas/soluciones para un ser aún más complejo: el hombre.

Lic. José D. Alcaraz

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